Quizá porque hace ya dos meses
que emprendí esta aventura, quizá porque por mucho que no lo queramos admitir, de vez
en cuando necesitamos el abrazo y la energía de esos seres de referencia, esos
que nos han visto reír y llorar, esos que nos siguen queriendo a pesar de
conocernos… por eso, hoy extraño.
No voy a nombrar a nadie, pero
cada uno sabe…
Extraño los Ventus de los
viernes.
Extraño la cerveza negra con
doritos, de otros viernes.
Extraño los capuchinos en el Be
Bop, de viernes aun más lejanos.
Extraño que me digan “¡Callate,
Ana!” casi como si fuera un saludo.
Extraño que me griten “¡Ninoooo!”
de repente.
Extraño los tés y las charlas en
pijama hasta altas horas.
Extraño que nos preguntemos “¿Por
quééééééé?”, como si eso importara.
Extraño que nos preguntemos “¿Qué
hago con mi vida?”.
Extraño las previsiones extrañas
que se tornan de repente en realidad.
Extraño la pausa en el trabajo
para ir a tomar un café.
Extraño el queso y el maní que
con amor eliges para mí.
Extraño las historias
rocambolescas sobre espías de la CIA.
Extraño las verdades en crudo,
sin anestesia.
Extraño que me lleven la
contraria, con cariño pero la contraria al fin.
Extraño jugar con tu oreja solo
para molestarte.
Extraño jugar a la pilosa y a la
manta.
Extraño los planes improvisados y
pinchar en los primeros 400 metros de ascenso.
Extraño el amigo invisible.
Extraño las clases de piano.
Extraño el cine con escenificación
a la salida.
Extraño la brillantina en el
pelo.
Extraño perder la cuenta del
champán que tomamos.
Extraño las discusiones sin
sentido en la Zurriola.
Extraño las tormentas en Buenos
Aires.
Extraño las tormentas en
Montevideo.
Extraño el xirimiri en Donosti.
Extraño las partidas de TEG all
night long.
Extraño las expediciones
nocturnas en Montevideo, buscando algo insólito.
Extraño los roller por todo
Donosti a tu lado.
Extraño los sábados de pintxos.
Extraño algún domingo de resaca.
Extraño las fiestas de cumpleaños
sorpresa.
Extraño las largas caminatas
hablando de todo y de nada.
Extraño las sentadas en las
esquinas.
Extraño las sentadas en los
parques.
Extraño las tardes entre salitre y sudor.
Extraño tu ingenio y cómo me hacías reír.
Extraño las tardes entre salitre y sudor.
Extraño tu ingenio y cómo me hacías reír.
Tantas cosas… hoy extraño.
Ana Harding
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