domingo, 31 de julio de 2011

La maestra

No recuerdo demasiado de mi primera maestra, solo su nombre de pila y que gracias a ella aprendí a decir chauve-souris antes que “murciélago”. Tampoco recuerdo demasiado de la segunda… su apellido y que era bajita. De la tercera no puedo decir mucho más, que llevaba su pelo rubio a lo garçon y que se llamaba Danielle. Pero recuerdo perfectamente a la cuarta, LA maestra.

sábado, 30 de julio de 2011

Pequeños grandes placeres

¡Cuánto tiempo, Ana!
Sí, la verdad, hacía mil que no coincidíamos. ¿Cómo estás?
Bien, bien, ¿y vos?
Todo en orden. ¿Qué es de tu vida? ¿El trabajo, los estudios, el cuore?
Bien, trabajando… los estudios en impase, no sé muy bien qué hacer, y los amores bien. ¿Y vos?
Trabajando, estudiando y, bueno, me he separado.
Uh, lo siento.
No, está bien, cosas de la vida. Ya estoy mejor…
No te preocupes, ya va a aparecer alguien…
O no. Está bien, son cosas de la vida.
Y seguro que mucho mejor, ya verás.
Sí, está bien, claro... ya a va aparecer... (O no —pienso para mis adentros—, son cosas de la vida y la verdad... ¡está perfecto!).