martes, 3 de julio de 2012

Largo periplo a Esquel


Nuevamente abandonaba El Calafate, pero esta vez me aseguré de no tener que volver a Río Gallegos. En cierta manera me sentía atrapada en el sur, como si alguna extraña fuerza no me dejara alejarme de ese remoto triángulo en el mundo. Había decidido pasar un par de días en la costa antes de adentrarme hacia la cordillera, por lo que pedí consejo a la joven que vendía los billetes de bus. Me recomendó Puerto San Julián… Cuando lo recuerdo, aún me dan ganas de volver a El Calafate, solo para abofetearla.